Más de 2000 años de historia quedaron grabados en las piedras de sus templos en forma de pirámide. Cicatrices que nos hablan de antiguos emisarios, de nobles guerreros, de poderosos clanes y de los grandes gobernantes que ocuparon el trono.
Fueron tiempos gloriosos, de una gran actividad presidida por una fuerte espiritualidad y ritos ancestrales de una cultura sabia y brillante y que fue capaz de predecir la llegada de los conquistadores, mucho antes de que pisaran tierra. Era un pueblo que adoraba a sus dioses, al sol, a la tierra, a la lluvia y al trueno. Que interpretaba las estrellas y que en su tenacidad por de mantener el equilibrio con el mundo divino sacrificaban animales e incluso vidas humanas.
Más de 100.000 personas llegaron a habitar Tikal. En ella se construyeron templos piramidales, pequeñas residencias y palacios que se extienden en sus aproximadamente 60 km2 de los cuales sólo 16 han sido descubiertos.
Tras años de disputas por el poder, de épocas oscuras y posteriores resurgimientos, Tikal finalmente sufrió su declive hasta ser completamente abandonada hacia finales del siglo X. El ocaso que acechó a otras grandes ciudades de antiguas civilizaciones llegó también a Yax Mutal. Los saqueos aumentaban, la tensión política no cesaba y la población mermaba huyendo hacia otras ciudades que iban ganando importancia. Hasta que finalmente la vegetación ganó la batalla. La selva ocupó la acrópolis y quedó oculta hasta ser descubierta por un grupo de europeos en tiempos de la conquista española.
Hoy Tikal se encuentra en una área protegida, El Parque Nacional Tikal, donde vestigios arqueológicos te trasladan a otros tiempos haciéndote vivir una experiencia única, pues según cuentan… aún hoy, si te acercas a sus piedras, puedes oír la “ciudad de las voces”
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